A) “Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una
necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! Si yo realizara esta tarea
por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere
decir que se me ha confiado una misión”. (1 Cor 9, 16-17)
B) Señor, te pido que me guíes para poder anunciarte siempre, que en los momentos que decaiga me hagas ver que la misión que me encomendas es la anunciar con mi vida lo que esta escrito en tu Palabra.