Escucha: Como comunidad tenemos que pedirle al Señor que nos enseñe a abrir nuestros oídos y corazón sin prejuzgar a los demás.
Diálogo: Tenemos que aprender a ser más empáticos y respetuosos con los tiempos de los demás y de uno mismo, para poder aprender realmente unos de otros.
Discernimiento: Deberíamos poner todo en sus manos y decidir siempre desde nuestra fe y nuestros dones, no desde lo que la sociedad nos dice.