Lo que más me quedó resonando de este encuentro fue el hecho de que la fe es un don inseparable de nuestra vida diaria y a la vez es una tarea que nos llama a ser restauradores de "moradas en ruinas", es decir todos nuestros hermanos que perdieron su dignidad por la pobreza, marginación, etc.
En relación a esto, me gustó mucho la frase de los Obispos argentinos en un Documento llamado “Navega mar adentro”, que decían: "No podemos ser peregrinos al cielo, si vivimos como fugitivos en la sociedad terrena."