1) La vida consagrada me parece desde siempre un gran llamado de Dios qué quema el corazón, lo hace arder al punto de dejarlo todo por Él. Cuando era más chica sentí esa inquietud y curiosidad de ser religiosa pero el estar lejos de.mi familia fue algo que no pude aceptar para tomar ese camino, por eso me comprometí a dar lo mejor de mí como laica tratando de ser una buena discípula de Cristo.
2) Como parte de la obra salesiana conozco varias consagradas y lo que puedo decir de las últimas que he conocido es que demuestran día a día y en cada gesto el amor de Jesús por cada uno de nosotros en especial por los y las jóvenes, como lo hizo Don Bosco y María Mazzarello.