Algunas ideas de Benedicto y Francisco sobre la Eucaristía
Es muy interesante el planteo del Papa emérito Benedicto XVI: ser transubstanciados nosotros y así colaborar en la transubstanciación del mundo.
Es otra forma de describir el proceso de cristificación propia al que estamos llamados para ser luz y sal en el mundo construyendo ya el Reino de Dios.
La Espiritualidad cristiana es fuertemente eucarística, porque la celebración Eucarística es la oración mas importante, ya que es la del "Cristo total", del cual somos parte como miembros y su cabeza Cristo que oramos en unidad al Padre en el Espíritu Santo. Ella es fuente y culmen de la vida cristiana y el alimento cotidiano e indispensable para poder llevar adelante colaborando en el combate de la vida espiritual de cada cristiano.
Alimentados del Pan del cielo estamos llamados también a tener una existencia eucarística, que se parte y se da a los hermanos, participando así del sacrificio eucarístico de Cristo.
Un hermoso y profundo mensaje de Francisco sobre la Eucaristía y sus efectos en el cristiano.
Nos da su cuerpo y su sangre para convertirnos en una sola cosa con El.... me recuerda a la enseñanza de Agustín: «Era como si oyera una voz de lo alto: “Soy el alimento de los fuertes; ¡crece y aliméntate entonces de mí! Pero tú no me transformarás en ti como un alimento corporal, sino que tú serás transformado en mí”».
Para poder PERMANECER que tanto le importa a Jesucristo. Permanecer El en nosotros y nosotros en EL. (Jn 15,1-8)
Con el Si de nuestra fe, la comunión es una Asimilación nuestra a Jesús, nos hacemos como El. Nos nutrimos de sus pensamientos, elecciones, comportamientos y así podemos cumplir el "cambio de mentalidad al que nos exhorta San Pablo o el "Sean perfectos" ....
Los que comulgan entran en un dinamismo de paz, y se convierten en personas de paz, de reconciliación y de generosa entrega solidaria.
Jesús dijo que quien coma este pan vivirá para siempre: vivir realmente en comunión con Jesús en esta tierra nos hace ya pasar a la vida eterna, el cielo comienza en esta comunión con Jesús ya en esta vida terrena.
La frase "No podemos vivir sin la eucaristía" pertenece a cristianos africanos del siglo IV. Arreciaba la última gran persecución, y el estado había prohibido el culto cristiano. A pesar de esto, la comunidad de Abitinia (actual Túnez) lo hizo igual. Sorprendidos por la autoridad, esta fue su respuesta: “Nosotros no podemos vivir sin el domingo, no podemos vivir sin la eucaristía". Fueron martirizados.
Nosotros, católicos del siglo XXI, ¿podríamos hacer la misma afirmación?
Tenemos un testimonio muy profundo del Cardenal Nguyen van Thuan, les adjunto el libro "Testigos de Esperanza" en pdf y les pido que lean el capitulo 14. Los testigos sobre el valor y amor a la Eucaristía son innumerables en nuestra Iglesia, ojalá el testimonio de uno de ellos aumente nuestro amor a Jesús Eucarístico.